miércoles, 31 de octubre de 2007

Un semáforo que se pone en rojo, te quedas en la esquina esperando el siguiente color, por mientras miras a los costados y ves a la gente caminar, la mayor parte de la misma lo hace apurada y no llevan una cara de alegría en su rostro, parece ser que el trabajo los aburre, o no se si sea eso, quizás simplemente sea la rutina, o los edificios que tapan al sol, o todos esos vehículos que invaden a la esquina de mucho ruido. Mejor cruzo la calle, antes de que cambie de nuevo el semaforo, no quiero ver a todos sin una sonrisa .

2 comentarios:

Péto dijo...

me encanto



bienvenido a este mundo bloggero loco loco loco Marcos!!!!!!!!!


te leo.

Pa Ti dijo...

jaaa es increible
yo suelo fijarme mucho en eso tambien

un abrazo!
que andes bien